sábado, 2 de septiembre de 2017

Libro: Putas asesinas
Autor: Roberto Bolaño
Año: 2001
País: España
Género: relatos


Putas Asesinas, un libro de relatos de 225 páginas en el que cohabitan 13 diferentes relatos, tamaño suficiente para hacer “un tastet” y no lo suficiente largo como para cansarte del mismo (salvo que fuese indigerible, lo cual no creía que fuese el caso). A pesar de lo dicho, nunca me han atraído demasiado los libros de relatos ya que la desigualdad entre ellos suele ser la norma habitual y los buenos tienen que ser muy brillantes para compensar la mediocridad del resto, por este motivo siempre he tenido reservas hacia este tipo de compilaciones, pero creo que en esta ocasión la elección estaba suficientemente justificada. Y Putas Asesinas empieza con la historia del Ojo Silva, un personaje sufridor y ya te das cuenta de que Roberto Bolaño consigue cogerte de la mano y llevarte como observador a escasos metros de sus personajes sin dejarte escapar de sus historias. Seguimos con buen nivel en Gómez Palacio y Últimos Atardeceres en la tierra (en el que narra unas vacaciones en Acapulco de un hijo o su padre, o viceversa, dado que no son más que 2 extraños que coinciden temporalmente en el mismo lugar aunque por voluntad propia, sangre obliga). En Días de 1978 y Vagabundo en Francia y Bélgica baja el nivel de los mismos, narrando historias de un mismo personaje que podrían ser perfectamente autobiográficas. Una vez dado este respiro, continuamos con el maravilloso cuerpo central del libro: los relatos Prefiguración de Lalo Cura, Putas Asesinas, El retorno y Buba. Son 4 relatos ejemplares en el que Roberto Bolaño te sorprende, aterra, te hace reír y hace que quieras que la historia de los personajes continúe por muchas más páginas. El atractivo de estas variopintas historias que habla de protagonistas de cine porno sin ningún lustre pero tremendamente entrañables, el poder de una mujer al saber manipular la estupidez del género masculino, de  un muerto sorprendido y un necrófilo y, especialmente, de Buba, sus compañeros futbolistas, las dinámicas de equipo y la magia negra en un equipo que podría ser tranquilamente el F.C. Barcelona, es directamente proporcional a su genialidad. Desde aquí iniciamos un leve descenso con El Dentista (desmerece a los 4 anteriores por la enorme calidad de ellos no porque este sea mediocre), Fotos y Carnet de Baile. Estos 2 últimos son a mi entender los más flojos de la recopilación, terminando con Encuentro con Enrique Lihn que nos logra dejar un buen sabor de boca para cerrar el libro. Pueblan las páginas del libro las referencias a la nacionalidad chilena del autor y su mirada desencantada hacia este país, su estancia en México, su posterior residencia en Europa, las relaciones entre escritores y a la vez entre la literatura y la vida, un reflejo de la miseria y de la desigualdad social en el mundo como consecuencia de sus convicciones izquierdistas  Curiosamente los relatos más autobiográficos o que se centra más en escritores y poetas son los más flojos mientras que los que ahonda en otra tipología de personas tienen muchísima más fuerza y son más sorprendentes.
Se me ha hecho costumbre cada vez que leo a Bolaño deleitarme con esa magia hiperrealista de abordar todas sus historias sin dejar de ser ese Chile que habitaba en su sangre. Aunque nos da un paseo en  su narrativa por varias ciudades de Europa con ese verbo sobrecargado de imágenes no deja de estar impregnado de esa autobiografía la cual sabe desgranar ante el lector de una manera sabia y sutil. Se ve como es influenciado por el estilo de Paul Auster cuando nombra sus personajes con letras (A,B), sin nombres propios, no con eso limitando lo humano de esos personajes. 
Leer a Bolaño es estar consciente del monstruo literario al cual te enfrentas. Es cuestión de entenderlo y vivirlo. Es atragantarse con ese relato poético.
He aquí una pequeña cita de uno de los relatos:
«Las mujeres son putas asesinas, Max, son monos ateridos de frío que contemplan el horizonte desde un árbol enfermo, son princesas que te buscan en la oscuridad, llorando, indagando las palabras que nunca podrán decir. En el equívoco vivimos y planeamos nuestros ciclos de vida»
Excelente texto.

Fabián Requena

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