sábado, 7 de diciembre de 2013

Película: Invictus
Director: Clint Eastwood
Año: 2009
Interpretacion: Freeman Morgan, Matt Damon.
País: Estados Unidos y Sudáfrica
Género: Drama

La historia de un país bien puede escribirse por sus más o menos adecuadas y eficaces políticas económicas, sociales y culturales, pero si por encima de todo ha existido una política humana y emocional promotora de conciencias y sensibilidades, ese país marca la diferencia por ser capaz de vencer obstáculos, actitudes negativas, creencias erróneas y antivalores desde dentro de cada ser, desde la conciencia de cada ciudadano, tal y como lo hizo el Nóbel de la Paz, Nelson Mandela, evitando que en Sudáfrica se instalaran las bases para una guerra civil de fondo racial. La película Invictus es un claro ejemplo de la capacidad de regeneración y reconstrucción que tienen valores tan universales como el perdón, la reconciliación y la inspiración. Está basada en hechos reales y no hace sino reflejar cómo un líder que estuvo injustamente encarcelado durante 27 años sale en libertad mucho más integro, generoso, henchido de perdón y orientado hacia un encuentro pacífico entre la minoría poderosa que lo encarceló y la mayoría negra que lo vota como presidente de Sudáfrica. Este relato cinematográfico puede ser capaz de erizar nuestros sentimientos, promover nuestra inteligencia emocional y hacernos sensibles a la extraordinaria fuerza de la reconciliación basada en el perdón, la tolerancia, el compromiso y la esperanza. La relación entre los alumnos de secundaria en el espacio escolar y sociocultural es muy intensa, pues se relacionan, interactúan y aprenden recíprocamente unos de otros al tiempo que cada cual se descubre a sí mismo, se forma como persona y se desarrolla con su incipiente y particular proyecto vital. En esta situación se necesita aprender a convivir desarrollando una sólida competencia emocional, plena de valores y actitudes capaces de construir vivencias positivas para todos.
Más que una película es de valorar el significado de la palabra perdón, tolerancia, integración, rodearse de lo mejor, tocar esa fibra humana, estar siempre con el necesitado sin ser politiquero de oficio, esto solamente sucede con aquellos hombres que por naturaleza son lideres no ostentando el poder sin diferencias sociales pero con un gran amor por su pueblo y por el mundo en general. La única manera de sacar a un pueblo adelante es con amor convertido en realidad y entender que el perdón es un acto glorioso que nos puede generar muchas satisfacciones en la vida. Mandela, a dos días de tu desaparición física, tu legado seguirá por siempre como guía ante cualquier gobernante del mundo que disponga del poder y que desea realmente sacar a su nación adelante. Paz a tus restos. Serás siempre ejemplo a seguir.

Fabián Requena


1918 - 2013 







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