sábado, 2 de julio de 2016

Libro: La caverna
Autor: José Saramago
Año: 2000
País: Portugal
Género: novela

Cipriano Algor, un hombre de sesenta y cuatro años es un alfarero cuyos antepasados han vivido siempre del negocio. Desde hace tres años esta viudo y vive con su hija Marta y su yerno Marcial Gacho, que trabaja en un gran centro comercial en la ciudad. Cipriano ha vivido siempre de la alfarería y es lo único que sabe hacer en la vida. Todo lo que elabora lo vende en el centro comercial con un contrato de exclusividad que le impide buscarse otros medios para vender su producción. Un día como otro cualquiera Cipriano lleva en su vieja furgoneta la loza que ha de entregar al centro pero cuando llega allí el jefe del departamento de ventas le indica que su relación comercial está a punto de finalizar. Su loza ya no se vende porque ha surgido unas piezas de plástico mucho más ligeras y duraderas. Cipriano no entiende como los gustos de las personas han podido cambiar tanto y ve como su futuro peligra. Desesperado ante la idea de perder el negocio familiar y su única forma de sustento explorará junto a su hija otra forma de volver al mercado. A la vez su yerno espera un ascenso laboral que les llevará a mudarse a vivir al centro comercial donde trabaja.
En cuanto a los personajes, Saramago, es muy amable y generoso con sus protagonistas dotándoles de buenas virtudes. Cipriano es un hombre cabal y juicioso capaz de adaptarse a la vida de su hija y su yerno para no causarles problemas. Marta es comprensiva con su padre y marido y no quiere decepcionar a ninguno. Marcial se muestra respetuoso y colaborador con su familia política.
La caverna de Saramago y la caverna de Platón se entretejen dando una óptica muy subjetiva. En la narración Platón nos explica como en una caverna se encuentran desde su nacimiento varios hombres, encerrados y atados con cadenas. Esta sujeción les impide volver la cara y solo pueden mirar hacia adelante. Tras ellos hay la luz de un fuego que arde y que proyecta las sombras de otros prisioneros que transportan mercancías a través de un camino situado en un plano más alto. Los prisioneros que solo pueden mirar hacia una dirección lo único que perciben del mundo exterior son esas sombras. Y eso es lo único que ellos pueden ver y percibir del mundo. El filósofo nos plantea que es lo que sucedería si de repente pudiesen volver las cabezas. ¿Cuál sería su realidad? La que han conocido desde que nacieron o lo nuevo que ven. Pero y si sacaran al exterior a uno de esos hombres y viera la luz del sol. ¿Volvería a su vida anterior tras haber conocido y comprendido el mundo de fuera? Pero si este hombre volviera a la caverna a liberar a sus antiguos compañeros ¿sería capaz de convencerlos? Probablemente no, no solo se burlarían de él sino que incluso tal vez intentarían matarlo. La idea, más o menos, es que lo que llega a nuestros sentidos no tiene porque ser la realidad absoluta y siempre podremos descubrir una realidad ajena a lo que vivimos en este momento. 
El gran centro comercial que Saramago critica es la caverna. Un lugar con sus propias reglas que marca la vida de sus ciudadanos. Donde sus habitantes viven en un lugar frió y sin personalidad. Sin poder ver el sol ni las estrellas. El trabajo esclaviza el espíritu y anula la personalidad. Pero para poder entenderlo mejor hay que leerlo.
Excelente obra de Saramago, con una gran profundidad filosófica y metafísica que por momentos nos pone a dudar de la subjetividad existente de la vida.

Fabián Requena 



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