Autor. Edgar Allan Poe.
País. EE.UU.
Año. 1919.
Género. Cuento.(Sombra)
Este breve relato escrito por Edgar Allan Poe
en 1835 es una meritoria narración hecha por un muerto, el propio
narrador en primera persona que nos advierte que ha partido hace mucho
tiempo a la región de las sombras y se encuentra escribiendo su
testimonio de vida oscurecida con un punzón de hierro.
La
exaltación lírica del autor en ligazón con la muerte está ejemplificada
de manera sublime en este texto por el autor estadounidense, quien sabe
como nadie configurar un clima absorbente de negrura e intriga a través
de un lenguaje bello y luminoso.
En
flashback nos retrotrae el cronista fallecido a una estancia palaciega
en la que ocho hombres (incluido él mismo) se refugian de la Peste y,
siete de ellos, disfrutan del placer de beber un buen vino y cantar al
mismo tiempo poemas jubilosos de Anacreonte en un salón de negros
tapices, cerrado por una gran puerta de bronce e iluminado por siete
grandes lámparas de hierro.
Las descripciones como siempre en Poe
resultan magníficas, con un exquisito gusto por plasmar el más mínimo
detalle que ayude a establecer un ambiente enigmático con imaginerías
cautivadoras, reuniones de influencias boccacianas y una atmósfera
crecientemente angustiosa.
Esta atmósfera alcanza su clímax cuando
nos retrata desde su castillo y con extraordinaria sensorialidad la
presencia del inerte octavo personaje, ausente de la evasiva orgía de
Oinos, y la súbita aparición de la Sombra que ahoga y disipa los cantos
de Anacreonte y hace estremecer a quien la siente.
Soberbia y apesadumbrada captación de la espera y arrebujo de la muerte.
Fabián Requena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario