sábado, 4 de mayo de 2013

Película: Pina
Año: 2011
Director: Wim Wenders
Interpretacion: Andrey Berezin, Bénédicte Billet, Damiano Ottavio Bigi, Documentary, Malou Airaudo
País: Alemania
Género: Documental, Musical (danza teatro) 3D


Nacida en el contexto de las grandes vanguardias europeas del siglo XX, la danza expresionista, también llamada abstracta, es fundamentalmente la recuperación del movimiento libre, el desarrollo de una relación más dinámica con el espacio, y sobre todo la posibilidad de autoexpresión mediante el cuerpo. Es, en palabras de Pina Bausch, evocación, una ilusoria solución a la imposibilidad de la comunicación. Pina, de Wenders, elogia la figura de una mujer innovadora que reinventó los cánones de la danza clásica para mostrar la realidad y la capacidad del movimiento como transgresión. A finales de los años setenta apareció el concepto de ballet postmoderno, refiriéndose a un conjunto de rupturas, tanto estéticas como expresivas, que Wim Wenders presenta en su película y que potencia gracias a la utilización del 3D: la eliminación de la perspectiva unidimensional en favor de los espacios abiertos, ampliándolos; la revalorización de lo cotidiano y de los lugares comunes; el continuo humano en su expresión más trivial, incluyendo en estos cambios los sonidos ambientales. Y entre ellas, también el abandono de las tablas del teatro clásico por las superficies naturales y urbanas. Todo ello es parte de un estilo que alcanza su máxima expresión con Pina y su compañía, la Tanztheater Wuppertal Pina Bausch.
"Bailad, bailad o estaréis perdidos". La muerte de Pina antes del inicio del rodaje fue un golpe muy duro, pero los bailarines decidieron continuar con la obra de la compañía y con el proyecto de Wenders. Interiorizaron el método de trabajo de Pina Bausch, y con sus respuestas bailadas, con sus coreografías, dieron forma a la película. El principio básico de la filosofía de Pina se encuentra en sus palabras: no estaba tan interesada en cómo se movían sus bailarines, ella quería saber qué los movía. Ese acercamiento a la danza que Wim Wenders califica de "fenomenológico”, se trasmite a la perfección en su película, que está impregnada de una nostalgia futurista, del Sehnsucht que caracterizó muchas de las piezas de Pina Bausch. 
Al ver esta gran obra viene a mí como espectador la relación simbiótica entre el cuerpo y el alma, no importando la edad, experiencia y condición física, cualquier movimiento puede ser bello y avivar la llama del alma. Es traspolar la danza a los sitios urbanos y concurridos de la ciudad con ese efecto subrealista de Dalí. El baile es la historia, no se quiere contar sino que se quiere mostrar de la forma más bella posible. Es un recorrido del espectador hacia un punto desconocido, con abundantes mensajes de autoestima. Ausencias, soledad, con una música ecléctica y cargada con lo máximo de la expresión corporal. De hecho, el gran cineasta español, Almodovar, incluye en su repertorio a Pina Bausch y parte de su trabajo “Hable con ella”; obra galardonada para ese año. Esta obra es magia, no me interesa como lo hizo, sino que lo hizo espectacular y me convenció. Hay un placer visual y una fotografía de primera. Pina es: teatro, vida, amor, libertad, lucha, deseo, alegría, desesperación, reconciliación, belleza y fuerza. 
Excelente película.

Fabián Requena







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